AMAIA ORMAETXEA Y RAQUEL MORENO. Donald Trump ha cumplido las primeras horas de su segundo mandato en la Casa Blanca firmando órdenes ejecutivas muy diversas, entre ellas, deportaciones de inmigrantes o la negativa a que los hijos de migrantes ilegales nacidos en Estados Unidos puedan tener la ciudadanía. Además, en su discurso inaugural, el presidente estado unidense insistió en que sólo hay dos sexos y aseguró a sus seguidores que Dios le había salvado de morir en un atentado durante la campaña electoral porque tenía una misión para él. Pues bien, ayer Trump tuvo que escuchar una dura crítica a sus decisiones más recientes, de la mano de una representante de Dios, durante un servicio religioso en la Catedral Nacional de Washington. Trump y la primera dama, Melania, entraron en la catedral de la mano, se sentaron en la primera fila del recinto junto al vicepresidente y su mujer y escucharon entre sorprendidos y enfadados el sermón de la obispa episcopal de Washington, Mariann Budde Trump, y la primera dama, Melania Trump, entraron a la Catedral Nacional de Washington y se dan la mano. Están a punto de recibir la primera llamada de atención de su segundo mandato. La reverenda Mariann Budde habla desde el púlpito: Cuando volvió a la Casa Blanca, Trump fue preguntado sobre el sermón y su malestar era evidente. "No fue muy emocionante, ¿verdad?" "No creo que haya sido un buen servicio. Podrían haberlo hecho mucho mejor"; eso es lo que respondió mientras caminaba con su equipo hacia el Despacho Oval. #trump #casablanca #mariannbudde